Si el tubo de silicona de grado alimenticio se sobrecalienta localmente, de hecho puede causar deformación. Aunque la silicona de grado alimenticio tiene una buena resistencia a la temperatura alta, típicamente capaz de soportar temperaturas de alrededor de 200 ° C, su estructura puede verse afectada cuando sus áreas localizadas están expuestas a temperaturas que exceden su rango de tolerancia. Especialmente si ciertas áreas se ven directamente afectadas por fuentes de calor concentradas, como el contacto con superficies calientes o fuertes fuentes de calor, estas áreas locales pueden experimentar cambios de temperatura desiguales, lo que lleva a ablandamiento, expansión o deformación del tubo de silicona.
La estabilidad térmica de los materiales de silicona depende de su distribución general de temperatura. Cuando hay sobrecalentamiento local, el aumento de la temperatura excederá el límite de resistencia a la temperatura de la silicona, especialmente en ausencia de buena difusión térmica. Esto puede hacer que el tubo de silicona se suaviza en el área sobrecalentada, perdiendo su elasticidad y fuerza originales, lo que lleva a la deformación, el agrietamiento e incluso la ruptura. Si esta deformación ocurre bajo exposición a alta temperatura a largo plazo, el rendimiento del tubo de silicona puede disminuir significativamente, afectando su efectividad de sellado, elasticidad y transporte de fluidos.
El sobrecalentamiento localizado también puede conducir a la degradación de los materiales de silicona, especialmente bajo la acción combinada de alta temperatura y oxígeno u otros productos químicos. El sobrecalentamiento local a largo plazo puede incluso conducir a la degradación química de los materiales de silicona, produciendo sustancias inestables o dañinas, afectando la seguridad del uso y la pureza de las bebidas o los fluidos.